Doble exposición. Fotografía: Olivia Bee
Poca gente conoce la lomografía,
a pesar que en estos dos últimos años ha tenido un gran auge a nivel mundial,
por sus auténticas características, que la hacen tan diferente a la fotografía
convencional que todos conocemos.
Todo comenzó con una cámara analógica
fabricada en Rusia, la Lomo LC-A, cuando unos estudiantes Austriacos la
descubrieron en 1991 y durante un viaje decidieron utilizarla de manera no
convencional, para volver a comercializarla. Poco a poco esto fue expandiéndose
hasta que se transformó en una gran organización llamada “lomography”,
encargada hoy en día de fabricar todas las cámaras lomográficas, como la Diana+,
fisheye, LC-A, ActionSampler, Pop 9, Spinner 360, Pinhole, Holga, Sardina y
muchas otras con distintas modalidades.
Estas cámaras lomográficas, son analógicas
y permiten experimentar con distintos tipos de películas, además, son mayormente
construidas completamente de plástico y con un aspecto de juguete. Las características
de estas fotografías se salen de lo habitual, en otros casos lo que sería considerado
como un error, no es nada más que fotografías originales, experimentales,
divertidas y emotivas. Las técnicas se traducen en imágenes viñeteadas, con cierto
desenfoque, errores de gamma, filtraciones de luz, alto contraste, colores
sobresaturados, con grano fotográfico y algunos efectos o defectos ópticos.
Por otro lado, la particularidad más
divertida que tienen estas cámaras, es que se puede crear múltiples
exposiciones en una sola foto, porque la película se rota manualmente dándole al
fotógrafo la opción de sobreponer una foto sobre otra. Una combinación de estos factores y el toque fresco que surge de lo imprevisible convierten a las lomografías en creaciones tan singulares.
Saturación de colores. Fotografía: Olivia Bee
Imagenes sobrepuestas. Fotografía: Olivia Bee
La lomografía lleva consigo un decálogo
que te ayudará a “bajarle dos” a todas las complicaciones de la fotografía que
ya conoces, y abrir tu mente, divertirte y no dejarte limitar por nada. “Las 10
reglas de oro” son la esencia del lema “¡No pienses, dispara!”.
1.
Lleva tú cámara
siempre contigo.
2.
Utilízala
siempre: de día y de noche.
3.
La lomografía
no interfiere en tu ritmo de vida, es parte de él.
4.
Dispara desde
la cadera (no mires por el visor).
5.
Acércate lo más
posible a tus objetos de deseo.
6.
No pienses
(William Firebrace).
7.
Se rápido.
8.
No necesitas
saber de antemano lo que ha captado la película.
9.
Luego tampoco.
10. Pasa de las normas (déjate llevar).
Lo único que debes hacer con tu cámara
lomográfica en mano es disparar y sentir, percibir y disparar, dispara allá donde diriges la mirada, a todo lo que te atraiga, te sorprenda, emocione, seduzca. La lomografía aporta un nuevo y divertido incentivo a tu
actividad intelectual con revelaciones auténticas, sencillas y maravillosas,
entonces, cree en ti, concéntrate en las cosas importantes y en las menos importantes
también, disfruta de la vida según venga, solo disponte a experimentar y se
totalmente libre.
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